domingo, 27 de septiembre de 2009

El dolor de ya no ser

Revista Ñ - 26/09/2009

Un poema inspiró a un grupo de artistas para reflejar en un mural parte de la historia de Rosario de la Frontera. El nuevo propietario de la "pared" decidió borrar el arte con brocha gorda.
Bastaron un punzón y un martillo para arrancar de cuajo un mural, sobre relieve, realizado en los frentes del mítico y reciente desaparecido Bar Imperio, donde se contaba una parte de la historia de Rosario de la Frontera, que el poeta Ramón Jesús Vera reflejó en un poema que dio origen a esta obra de arte allá por setiembre del año 2005. Un recién llegado, en enero de este año, compró la propiedad. Sin contemplaciones, o por desconocimiento de lo que significaba este mural para los rosarinos, lo mandó a destruir.Los reclamos fueron contra Francisco Ramos, un ciudadano boliviano que adquirió la casa donde estaba el mítico bar sobre las esquinas de la Avenida Sarmiento y General Belgrano, casi frente a la Terminal de Omnibus. Antes de mandar a destruir el mural, hizo que los inquilinos cerraran el bar.Los artistas plásticos que intervinieron en el mural, elevaron sus quejas al mismísimo presidente de Bolivia mediante una nota presentada en la Embajada de Bolivia, en Buenos Aires: "La carta le fue enviada en mayo de este año al presidente Evo Morales, donde damos cuenta del daño que produjo a nuestro acervo cultural un conciudadano suyo, Francisco Ramos, y todavía no hemos recibido una respuesta ni del presidente o de una autoridad de Cultura de ese país hermano", le contó a Ñ el profesor Ramón Jesús Vera.La iniciativa de hacer el mural, surgió cuando el poema de Vera llegó a manos de los artistas plásticos Santiago Javier Rodríguez y Luis Eduardo Mac Farling (director y subdirector de la Escuela de Arte Tomás Cabrera, de Salta, respectivamente), y éstos propusieron hacerlo junto a los artistas Enrique Santillán, Fabián Lanoza, Ariel Gallardo y Pablo Toscano, en las paredes del mismo bar, para darle vida al poema.El poeta aceptó la propuesta, ya que sólo quería reproducir el texto en un acrílico y colgarlo en el interior para dejar sus versos alimentados con los recuerdos de su feliz niñez, como cuando caminaba o montaba a caballo, acompañando a su padre Ramón José Vera, desde La Tinajera, un paraje distante 18 kilómetros de Rosario de la Frontera: "...caminábamos por el monte a ver a tus amigos Uncos, con tu vino y mi chinchibirra (naranjada), cuando decías que a los toros malos, había que echarles arena en los ojos, si venían bajo la luz de la luna". Antes de pegar la vuelta, don Ramón José no dejaba de pasar por el Bar Imperio para averiguar el último resultado de su Independiente de Avellaneda, y a tomar un vino con sus amigos.El mural, llamado "El Imperio de la Ciudad Luz de Rosario de la Frontera", se ganó el reconocimiento de la Municipalidad y el Concejo Deliberante local, y del Gobierno de la Provincia de Salta, que lo declaró de interés cultural.Por su trascendencia, surgió el pedido al entonces gobernador Juan Carlos Romero y a su sucesor Juan Manuel Urtubey, para que se habilite aquí un anexo de la Escuela de Artes Tomás Cabrera, bajo el nombre de "Roberto Maehashi", para que los jóvenes de esta ciudad no tengan que viajar a Tucumán, o a Salta capital para estudiar Artes Plásticas, como ocurrió en el siglo pasado con Lola Mora, que desde El Tala (Salta), se iba a estudiar a Tucumán.El mural también dio inicio en el 2007 a las Jornadas del Arte Integrador, que para su tercera edición que se realizó entre los días 3 y 6 de setiembre, programó la realización de una serie de murales en la Plaza Güemes, teniendo como tema "el gaucho", utilizando una técnica de mosaico directo, actividad que estuvo coordinada por Cristina Terzaghi, titular de la cátedra de Muralismo y Arte Público Monumental "Ricardo Carpani" de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata. "Con este antecedente, lo que se va a hacer desde la Municipalidad, a pedido de la intendenta, Rómula Gómez de Montero, es buscar un marco legal para proteger los murales que se realicen en la vía pública en el marco de las Jornadas del Arte Integrador, ya sea en los frentes de las casas o en edificios públicos", explicó el director de Cultura y Turismo de Rosario de la Frontera, Rodolfo Fernández.Hoy, una casa blanca con una franja verde que sube un metro desde la vereda, es lo que quedó del Bar Imperio: "Si la persona a la que le vendí la casa rompió los dibujos, es cosa de él porque es propiedad privada. A mí nadie me dijo que debía cuidar los dibujos", se defendió el anterior propietario de la casa, el policía jubilado Rogelio Gonza.–¿Usted autorizó que se haga el mural en sus paredes?Cuando me pidieron permiso, les dije que si quedaba bien la pintura, que la hagan –admitió Gonza.

sábado, 19 de septiembre de 2009

El mail, el chat y la red social en la ficción reciente

En la literatura argentina, uno de los primeros en explorar el uni­verso de la comunicación elec­trónica fue el escritor y catedrá­tico Daniel Link.
En su novela La ansiedad (El Cuenco de Plata), los personajes comunican sus miedos y deseos a través de e-mails, chats y videoconferencias. Faltos de amor, ofrecen con sus vínculos mediatizados un retra­to del modo en que la tecnolo­gía opera sobre la conducta y el habla. La escritura había sido entendida siempre como una 'mediación' (una tecnología intermediaria entre el habla y el pensamiento, subsidiaria de la memoria). Aho­ra la vemos hacerse presente como un flujo inmediato ya que no es secundaria. Detrás del efecto, se esconde cierta carencia que im­pulsa a las relaciones desde la red. Retratarlas llevó a innovar en el registro de la escritura, a tra­vés de la reproducción del rasgo hipertextual –citas con aspecto de correo electrónico, lenguaje y ortografía propios del chat– y la fusión de las fronteras de género –en el sentido de forma o molde de escritura– con aquello que en apariencia es un procedimiento. El mismo recurso de reproduc­ción de chat fue empleado por Florencia Abbate en "Atardece", cuento de la antología En Celo (Mondadori), donde dos amantes –él sin compromisos, ella por ca­sarse– rellenan los huecos en sus vidas a través del Messenger. Acción y descripción están al servicio de narrar la soledad, la que sólo parece ceder cuando el personaje mira esos cuerpos; la mente se evade y refugia en recuerdos. "Compartir crónicas de la vi­da cotidiana" es lo que lleva a la escritora Marina Mariasch a escribir en @purasensacion, su dirección en Twitter. Aunque la red tenga un límite de hasta ciento cuarenta caracte­res por entrada, es decir, una acotación del espacio para contar, es, lo que plantea la poeta, lo que lleva a "la obligación de generar sentido en una charla o en un correo."

La actualidad misma, como todo el entorno en el que vivimos, está inmersa en una incesante red social, en la que la literatura ha encontrado un espacio en el que refugiarse para comentar en sus obras.

martes, 8 de septiembre de 2009

Discurso desde una perspectiva mutimodal: Williamson Rodney

Como teoriza Williamson Rodney, el lenguaje multimodal comenzó a crecer desde 1996 cuando el interés por leer no iba en función de códigos discretos para cada vía de comunicación sino en base a las conexiones e interacciones que se dan entre éstas vías o modos de comunicación.

Estamos hablando de una conexión en la que intervienen modos humanos, como ser el habla, los gestos, los ojos, los movimientos, etc. Su objetivo es hacer más natural la interacción del hombre con la máquina.
En la actualidad, este campo, se ha convertido en una nueva frontera para las comunicaciones, su dificultad reside en cómo interpretar todos éstos datos e información de manera que una interfaz electrónica nos permita interactuar con ella mediante ésta comunicación.
La interactividad y la forma de habla multimodal es una apuesta de futuro que ya se está desarrollando en el presente.

Este lenguaje moderno del que hablamos tiene como modos de expresión en proceso la gestualidad, el habla, las imágenes, la escritura, los objetos tridimensionales, los colores, la música, con los que también aparecen los íconos con significado comercial, como ser los logotipos, las imágenes comerciales, etc.
Como plantea el autor, este tipo de comunicación está basado en 4 ejes principales: el discurso, es decir, la forma de conocimiento socialmente situada (quién, qué, donde, cuando, como) sumado a las interpretaciones y las evaluaciones; el diseño donde se “crea” una determinada interacción, combinación de modos; la producción que es el producto final y las distribución que son las técnicas que utilizamos para la grabación o difusión.

Merced a esto, es importante tener en cuenta que uno de los ejes principales de los que nombrábamos anteriormente, el diseño, está compuesto por un lado ideativo (la relación entre lo social y conceptual) y un lado material, donde es el emisor el que se forma una idea de lo que quiere comunicar y lo hace gracias a los discursos a su disposición aprovechando al máximo las vías de expresión que tiene para llevar a cabo el mensaje.
El diseño se encuentra a medio camino entre el contenido, es decir el discurso expresivo, y la expresión misma, la concepción o producto terminado. Se vale tanto de uno como de otro, y de la relación entre ellos mismos, para que el lenguaje multimodal, la expresión, y la gestualidad, puedan llevarse a cabo de manera de posibilitarse interactuar con el usuario y que este pueda sacar su mayor provecho.