jueves, 30 de abril de 2009

Sobrevivir en la montaña

Revista Ñ - 18/04

Ésta es una de las tantas cartas que publican en la sección 2 de la Revista que me pareció interesante publicar para que conozcamos también un poco del relato de las vivencias de las demás personas.
Ésta carta me hizo acordar mucho a una película que todos seguramente vimos "Viven", y me llevó a pensar que obviamente habrá habido muchos relatos como éste que nunca se llegaron a conocer o nunca llegaron a las manos de sus familiares.

En Octubre de 1972 un avión uruguayo, que llevaba a 45 pasajeros a Chile, se estrelló en la Cordillera de los Andes. Doce murieron en la caída; los sobreviivnetes, completamente aislados, se vieron obligados a alimentarse de sus compañeros muertos para poder sobrevivir. Fueron rescatados luego de 72 días. Sólo diesciséis pasajeros regresaron con vida. Esta es la carta de Gustavo Nicolich a su familia y su novia. Era un estudiante de medicina de veinte años que no logró sobrevivir a la tragedia.

Escribo esto ocho días después de haberse estrellado el avión en los Andes.
Estamos en un paraje maravilloso, rodeado demontañas, con un lago detrás, que se derretiré cuando llegue el verano. Estamos muy bien. En este momento somos veintiseis...pero siempre andamos haciendo algo para ayudarnos y nuestro estado de ánimo es bueno. Roy Harley, Diego Storm, Roberto Canessa, Carlos Páez y yo estamos perfectamente , sólo que un poco más delgados y con la barba crecida. El pasado domingo volaron dos aviones por encima de nosotros, cada uno dos vecesm así queestamos totalmente convencidos de que van a venir a rescatarnos. Lo único que nos hace dudar es que los aviones no viraron en redondo y acaso no nos vieron.
(...) Quizá en Montevideo estarán pensando ustedes cómo vivimos. La verdad es que el aparato está en perfecto estado. No es un gran hotel, pero lo será pronto.
Tenemos agua abundante porque la estamos haciendo constantemente. En cuanto a comida, bueno, yo he tenido suerte, porque tengo una lata de pescado en conserva, tres de pasta de pescado, un poco de chocolate y dos botellas pequeñas de whisky. Desde luego, no hay mucho que comer, pero podemos irla pasando.
Durante el día el tiempo es bueno, podemos estar fuera del avión hasta las seis de la tarde (ahora está nuboso). Gralmente. permanecemos en el hotel (el avión), y sólo salen los que van a buscar nieve. Las habitaciones no son demasiado cómodas. Sólo tenemos una para 26 personas, pero algo es algo.
La única parte que quedó del aparato es la cabina, porque las alas se desprendieron. Para hacer stio, sacamos todos los asientos y les arrancamos la cubierta para hacer mantas. Como pueden ver, vamos mejorando.
(...) Siempre estamos haciendo chistes a propósito de la comida. Todos los días hay alguien que pide alimentos como si estuviese en un restaurante...
(...) Yo creo que estamos en un lugar muy inaccesible, y que sólo podemos ser vistos desde tierra. El tiempo no ha sido muy buneo y hemos tenido algunos pequeños aludes. Los que vengan a rescatarnos deben estar esperando un poco más. Este pensamiento y nuestra fe en Dios nos consuela. Rezamos todas las noches y todas las mañanas. Uno de nosotros empieza las oraciones con palabras propias suyas. Es una manera de compartir nuestra fe. Todas las noches nos contamos historias graciosas sobre padres y suegras, que algún día repetiré. Espero que sea muy pronto.
Un amigo que he conocido aquí, "Moncho" Sabella, es la cosa más increíble. Dormimos juntos y nos agarramos las manos y; como hace tanto frío, constantemente nos estamos echando el aliento para darnos calor en las noches más frías. Si no es por él, me habría muerto la primera noche. El avión estaba destrozado y el tiempo era muy frío. Fue la noche en que murió el mayor número de personas.
Un beso muy grande para todos ustedes y espero volver a verlos, si Dios quiere. De no ser así, lo único que les pido es que no se preocupen por mí.

Gustavo

Extraído de supervivientes de los Andes (Editorial Diana), de Clay Blair Jr. Traducción de Andrés Ma. Mateo.

miércoles, 15 de abril de 2009

LA FORMA DE LAS COSAS

Revista Ñ - 11/04/2009

Juan Manuel Bordón escribió una nota sobra Pablo Lavoisier (mendocino) quien explora los materiales y objetos de uso diario que puedan ser interpretados como esculturas, piezas únicas de “arte aplicado” – como lo define Pablo.

En la nota se comienza nombrando la ley sobre la conservación de la materia que se llevó a cabo en Francia durante el siglo XVIII: “NADA SE CREA, NADA SE PIERDE; TODO SE TRASNFORMA”, y se lo relaciona directamente con el oficio que hace 20 años realiza el mendocino Pablo Lavoisier: piezas irrepetibles, que no tienen matriz ni responden a un plano o dibujo. El artista trabaja sin saber lo que va a suceder, lo va descubriendo en el camino.
El diseñador industrial desarrolla otro tipo de diseño, no industrial, un desarrollo de piezas (sobre todo muebles) que no se repiten nunca. Se pone a buscar objetos en la madera y otros materiales, pero de forma escultural, sin teorizar, sin necesidad de realizar dibujos previos.
Lo suyo es el arte aplicado, objetos de uso diario que sin embargo se puedan interpretar como esculturas. Algunas pueden verse en las calles de la ciudad de Mendoza. Otras, la mayoría, están en casa de coleccionistas privados; pero ahora – Lavoisier dice – ha empezado a quedarse con obras suyas para poder exponerlas juntas.
Unos de los rasgos que lo caracteriza es que el material se ve como es. Se citaban ejemplos, como el hierro que mantiene los tonos oxidados, la madera sus imperfecciones, grietas y colores. El artista plantea que el material en realidad es interminable. Siempre descubrís cosas nuevas, errores, ves el modo en que los afecta el tiempo, la lluvia, el viento.

“La clave es que nunca te domine, tener la libertad para dibujar con ese material, para conformar la materia en el espacio. La escultura tiene una visión netamente abstracta, es un objeto para mirar, para ser visto. En cuanto le das una utilidad yo creo que se convierte en algo bastante más concreto. Surge una nueva relación con el hombre.” - Pablo Lavoisier

Munari y el reciclaje


"Una misma cosa puede ser examinada desde muchos aspectos y a veces desde puntos de vista menos claros que son los que se declaran más útiles. Muchas de las cosas que se tiran se podrían reciclar, ya sea encontrándoles otro uso, trasnformándolas en otra cosa; hay cosas que se pueden utilizar tal y como son, y otras que se pueden transformar para dar una nueva utilidad."


Bruno Munari, ¿Cómo nacen los objetos?

¿Cómo nacen los objetos? Bruno Munari

Bruno Munari (Milán, 1907–1998) fue diseñador, poeta, escultor, pedagogo y autor de libros infantiles y ensayos. Vinculado al movimiento futurista desde 1927, desarrolló su actividad en los campos diversos del grafismo, el diseño industrial, la experimentación sobre materiales y tecnologías, y la proyección de objetos que integraran utilidad práctica y uso estético. Siempre interesado en la búsqueda de formas de simplificar y clarificar el proceso de diseño, se centró, sobre todo durante sus últimos años de vida, en temas relacionados con la didáctica, la psicología y la pedagogía, una apuesta por la educación a un design que comience en las guarderías.

Bruno Munari en su libro ¿Cómo nacen los objetos? Plantea una muy interesante metodología proyectual, que nosotros, como diseñadores, podemos tomar como pasos esenciales para llevar a cabo en cada uno de nuestros trabajos.
Está basado en pasos sencillos que ofrecen un resultado exitoso (siempre y cuando se cumplan), aparte de que trata y expone modelos, ejemplos; relacionados con el diseño industrial, haciendo hincapié justamente en los “objetos”, tal cual los nombra en el título de su libro.
El autor analiza de forma sistemática el trayecto que el diseñador recorre desde que se enfrenta a un problema funcional hasta la proyección y configuración de su solución material.
Plantea puntos, ítems, básicos para la comprensión de la esencia del diseño, los cuales me parecen muy apropiados nombrar para tomar como modelo a la hora de abordar un diseño.
Definición del problema : Servirá para determinar los límites en los que deberá moverse el proyectista – diseñador
Elementos del problema: Descomposición del problema en elementos permitiendo de esta manera describir los pequeños problemas que se ocultan, y así poder recomponer cada una de las partes a partir de características materiales, psicológicas, ergonómicas, estructurales, económicas y por última, formales.
Recopilación de datos: Análisis de la competencia, investigar la existencia o no del elemento en el que estamos trabajando, para no diseñar, sobre algo, ya presente en el mercado.
Análisis de datos: Sugerencias sobre qué es lo que hay que hacer.
Creatividad: Reemplaza la intuición que tenemos en un primer momento. Procede según el método. Evita que pensemos en algo que luego es irrealizable.
Materiales - tecnologías: Pequeña recogida de datos relativos a los materiales y tecnologías que el diseñador tiene a su disposición.
Experimentación: Permite descubrir nuevos usos de un material o de un instrumento.
Modelos: Muestras, pruebas, informaciones, que pueden llevar a la construcción de modelos demostrativos de nuevos usos para determinados objetivos.
Verificación: Se presenta el modelo a usuarios que emitan un juicio sincero sobre el objeto en cuestión.
Bocetos: Muestras que deben comunicar a una persona que no esté al corriente de nuestros proyectos todas las informaciones útiles para preparar un prototipo.

El autor, menciona cada uno de los pasos a seguir; con los cuales el diseñador, puede solucionar sus problemas, de una manera rápida y eficaz. De esta forma en el libro el autor hace hincapié en problemas de distinta índole, como ser la evolución de la navaja de afeitar, las constelaciones, una lámpara, un libro, juegos y juguetes, etc.

Munari, le presenta la posibilidad a un encargado del diseño de poder utilizar ésta metodología proyectual, y pueda solucionar su diseño sin omitir ningún detalle, y como dice él, lograr una coherencia formal en lo que estamos observando.

martes, 7 de abril de 2009

La imagen entre lo analógico y digital

Para poder hacer referencia a mi tema, primero que todo debo hacer hincapié en la definición misma de imagen, que es una semejanza que se maneja para las dos por igual.
La citaré como la representación mental y completa de lo que ya ha sido percibido anteriormente por los distintos sentidos (visual, auditivo, tactil, olfativo, gustativo, motriz, etc) y como algo existente entre la cosa y la representación.
La imagen misma está relacionada con la manera de pensar de las personas, con su conocimiento.
El conocimiento consiste en una relación del sujeto con el objeto. Es en esta relación objeto-sujeto donde la imagen analógica; como una realidad que depende de ambos, necesita de las intenciones, significados y valores que otorgará el sujeto y de las propiedades y características físicas del objeto para lograr poseer principios (esencia y existencia) y atributos propios (verdad, perfección, orden, etc).
Habiendo situado a la imagen analógica, en una instancia entre el sujeto y el objeto, quedaría por mencionar, en segunda instancia, la importancia que adquieren para la elaboración de las mismas, los mecanismos de percepción, para luego, determinar su diferencia con la digital.
La percepción se ha llegado a definir en un sentido amplio como la “aprehensión directa de una situación objetiva”.
Asociado con esto, es que puedo citar, que es el ritmo acelerado de nuestra civilización lo que determina los nuevos límites de nuestra percepción. Permanentemente debemos ajustarnos a lo nuevo, buscando estímulos más rápidos y contrastantes para llegar a mantener alertas a nuestras capacidades receptivas.
En la era industrial (era analógica) se experimentó la utilización de las herramientas que nos otorgaban los avances tecnológicos, como la prolongación o multiplicación de las posibilidades perceptivas del cuerpo humano a través de la división de los diferentes sentidos. (vista con microscopio, televisión; oído con el teléfono, radio).
En la era posindustrial (era digital) no es posible seguir manteniendo esta estructura de percepción tan diferenciada. Las exigencias que impone nuestro tiempo no se pueden responder con una división del trabajo de los distintos sentidos que nos posibilitaban las viejas tecnologías. En la actualidad las computadoras aparecen ya no como una herramienta de prolongación de los órganos humanos otorgando una mayor libertad de percepción, sino como imitador del sistema nervioso mismo.
Entender al mundo en términos cognitivos significa ahora, poder simularlo en representaciones de la computadora, se han invertido los conceptos: del sujeto a sistema, y de las relaciones sujeto-objeto a los circuitos hombre-mundo.
De esta manera, la imagen digital, genera una realidad propia que no depende ni del sujeto, ni del objeto. Al desprenderse del sujeto, no necesitará de intensiones, significados, y valores. De igual manera, al independizarse del objeto no necesitará ser fiel a las propiedades y características que lo representan (materialidad, gravedad, etc).
Así, la imagen, sufrirá una sobreestimulación que satura la percepción sensible y espontánea, y un exceso de información que satura el pensamiento como consecuencias del manejo cualitativo y cuantitativo de datos posibilitados por el medio digital.
En el ambiente analógico la información era manifestada básicamente sólo a través de la percepción visual de la forma, mientras que en la digital se amplía la información mediante la interacción de diferentes tipos de percepciones, visual, auditiva, tactil,etc.
Mientras que las imágenes clásicas (analógicas) nos sitúan delante de nuestras representaciones, las tecnológicas (digitales) nos crean la inmersión en la imagen, permitiéndonos movernos, actuar, y trabajar en este mundo.

“Las viejas cuestiones del significado, la representación y la intencionalidad se diluyen en los medios digitales, cuyos procedimientos se acercan a la pura puesta en escena de efectos”.